SOBRE EL NIÑO EN LA COSTA NORTE PERUANA

  1. Accidente: Suceso IMPREVISTO que altera la marcha cotidiana o prevista de las cosas, especialmente el que causa daños.
  2. El Niño: Ocurrencia climática de CICLO IRREGULAR en la costa sur central del océano pacífico.

En los últimos cinco siglos han habido por lo menos 120 episodios El Niño, según las investigaciones históricas recopiladas por Quinn W., Neal V., y Antúnez de Mayolo S. Incluso Antonio Raimondi en sus manuscritos sobre la oceanografía y climatología de nuestro litoral, señala que El Niño, como tal, es conocido desde que civilizaciones pre incas como los Moche, los Lima y los Nazca se asentaron en las costas del Perú antiguo. … estas investigaciones arqueológicas demuestran que cambios drásticos del clima afectaron la costa central del Perú (Cultura Lima, aproximadamente 400 d.C.). La situación resultó ser especialmente dramática para la nación Moche en la costa norte del Perú (200 – 700 d.C.). Todo indica que durante las primeras décadas del siglo VII de nuestra era, esta próspera civilización sufrió los estragos de un prolongado e implacable episodio El Niño”.

Entonces: La ocurrencia del Niño no es un accidente, es algo que ocurre de manera cíclica y con efectos estimables. Y la falta de prevención es un problema estructural.

En la república peruana, dada la ausencia casi total de partidos políticos reales consolidados (del signo que fueran) hace que las autoridades locales, regionales y nacionales, provenientes de agrupaciones oportunistas, tengan planes exclusivamente de corto plazo y en muchos casos “no quieran hacerse problemas” con diferentes estamentos de la población, y poder así acumular (el saqueo continuo de la cosa pública).   Producto de ello no hay ordenamiento territorial, y planes serios de contingencia. Se permite que individuos y sus familias  ocupen espacios inundables o en la posible ruta de aluviones. La ausencia de una real supervisión a la construcción hace que surja una infraestructura sin las mínimas normas técnicas que sucumbe o impiden el libre flujo de materiales en el caso de sismos, aluviones, o lluvias extremas. El cortoplacismo en extremo en la gestión pública.

HUAYCO1

La gran parte de la población (ciudadanía es un concepto que no la describe), optó también por dichas autoridades, por su NO participación  política, por una conducta en extremo ideologizada, tal como señala Eugen Berthold Friedrich Brechter: más conocido como Bertolt Brecht:

 “El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.

No sabe que el costo de la vida, el precio del fréjol, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de las medicinas, dependen de decisiones políticas.

El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.

No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales”.

En el colmo, las “autoridades” “democráticamente” elegidas (cosa que es un decir) aprovecharan “la emergencia” para licitar sin los tenues controles existentes, para contratar amigos y relacionados en la “reconstrucción”  que durará hasta el próximo incidente.  Un impresentable ministro de apellido Zavala (que se dice economista) afirma que la “reconstrucción generará una mayor actividad económica”. Y otro funcionario similar, esta vez  alcalde de Lima dijo que “las inundaciones permitirán contratar mayor personal”, casi frotándose las manos.

Empresas privadas (medios de comunicación en especial) aprovechan para colectar donaciones, para obsequiar  en nombre de su marca (obvio),  reducir impuestos y hacer mercadeo de su imagen (con recursos de una ingenua y compungida audiencia); al igual que funcionarios de entidades estatales.

La naturaleza actuará como deba actuar, las especies y sistemas que sobreviven son los que hacen alianzas y  mejor se acondicionan. Los otros, la historia y la naturaleza los hará perecer.   


3 respuestas a “SOBRE EL NIÑO EN LA COSTA NORTE PERUANA

  1. De acuerdo en que no se trata de ningún imprevisto.
    1. En el año 1983 , el actual Presidente era miembro del Gabinete de F. Belaúnde quien tuvo las infelices declaraciones de comparar las inundaciones del Norte con una llegada a Venecia. De manera que es mentira que escapaba a toda previsión. Hace un mes dio los primeros síntomas y los subestimaron irresponsablemente.
    2. Aquí hay dos aspectos, el ataque de la naturaleza (intensidad) y las acciones defensivas existentes que nos deben garantizar invulnerables (y se deben barrer con los diferentes factores de riesgo a los que estamos expuestos: Sismos. inundaciones, incendios, gases, huracanes, etc). Aquí la infraestructura carece de diseño integral y ha demostrado que hace agua por todas partes.
    3. Una burocracia incompetente. Es evidente que los altos funcionarios ven una jugosa oportunidad, pero no para el país, sino para sus amigos especialmente cuando los montos son significativos y estarán en manos de los préstamos extranjeros Goldman Sachs, J.P. Morgan, First Boston Corp. etc y mejor aun si es en bonos, para revenderlos a tasas expeculativas descomunales.
    4. Lamentablemente, el Congreso de la República esta comprometida con una Ley de Bancos (De Soto-Rodriguez Pastor) que permite cualquier orgía financiera y ls SBS no puede hacer nada sino decir Amén. Y no tienen la mas mínima intención de ajustar tuerca alguna.
    La incompetencia moral es la madre de la incompetencia intelectual. De manera que seguirán cayendo los gobernantes uno a uno por audaces (inteligentudos) o por tontos útiles de los organismos internacionales.

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    1. Compartimos al 100% tus cuatro puntos, salvo la ultima frase: «La incompetencia moral» ; ya que en supuesto que fuese una mafia bien organizada, ésta planificaría bien las cosas para gobernar y saquear durante lustros, y no solo durante un período. Y es cierto que la subordinación de los seis o siete últimos gobiernos del Perú a los poderes fácticos de occidente, hacen que su población siga teniendo el bajo nivel de vida que tiene, que con una gestión autónoma y con criterio hubiera resuelto con éxito.

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  2. Muy buen análisis; pero quiero recordarles que nadie enciende una lampara para ponerlo debajo de un tiesto sino en un candil para que alumbre; es decir difundámoslo mejor.

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