«Los dueños de Chile somos nosotros,
los dueños del capital y del suelo.
Lo demás es masa influenciable y vendible;
ella no pesa ni como opinión ni como prestigio.»
Eduardo Matte Pérez, 1892.
Parlamentario y ministro, uno de los fundadores del grupo
Matte.
Una sociedad donde la exclusión es la norma
Chile sigue siendo uno de los territorios latinoamericanos donde el clasismo se manifiesta de la manera abierta y sin tapujos. La xenofobia, la aporofobia y la etnofobia se respiran en cada institución o centro poblado que se visite. Y esto no ha cambiado desde su origen.
Chile como dependencia del Virreinato del Perú hasta 1798, fue una de las pocas circunscripciones en toda Iberoamérica donde se permitió esclavizar a los pueblos originarios, como es el caso de los mapuches; además de la obvia apropiación de sus territorios. Con un Chile ya independiente, la situación se mantuvo, llegando al extremo del genocidio como el perpetrado contra el pueblo selknam en la región de Tierra del fuego ejecutado por colonos chilenos apoyados por la congregación católica Salesiana.
Las elites de Santiago se consolidaron con la victoria de su ejército sobre el ejército de las elites limeñas, sin embargo, al ver peligrar sus privilegios por una burguesía emergente, no dudaron en desatar una guerra civil[i], con apoyo, como no, de sus mentores británicos, y dirigiendo a la marina desarticularon al ejército vencedor de la Guerra del Pacífico, construyendo otro más sumiso.

La crisis de legitimidad del orden oligárquico y el efecto de la gran depresión en occidente de 1929, dada la dependecia extrema de Chile con EEUU e Inglaterra, provocó una amplia movilización social que culminó con una gran rebelión y la declaración de la República Socialista de Chile en 1932, con un novedoso, programa de 30 puntos[ii], sin embargo, las elites recuperan a la fuerza el poder, luego de comprar a algunos dirigentes, y restauran su dominio. Es curioso que sectores emergentes desclasados apoyaran luego diversos experimentos, predecesores de los famosos paquetes de ajuste estructural que se dieron a partir de la década de los 70 en el resto del mundo; tal como la misión norteamericana Klein-Saks, solicitada en 1955 por un grupo liderado por el dueño del tradicional diario El Mercurio. Este grupo asesor del gobierno chileno propuso un conjunto de medidas[iii] a que provocaron el rechazo de las masas populares, que culminaron con la denominada “Batalla de Santiago” en abril de 1958, donde la población de sectores bajos y medios se enfrentaron al gobierno que utilizó al ejército para reprimir las protestas, lo que generó dos decenas de muertos y cinco mil heridos entre los protestantes[iv]. Este hecho radicalizó a los grupos socialdemócratas que tendieron puentes con la izquierda marxista.
La presión social provocó que los siguientes gobiernos procedieran a instalar algunas reformas, como la agraria, que no fue otra cosa que redistribuir las tierras del Estado, sin tocar los terrenos de los grandes latifundistas (cosa similar se daria en otros paises de Sudamérica) y menos estudiar la devolución de las tierras usurpadas a comunidades campesinas, que no eran reconocidas oficialmente. A inicios de la década de los sesenta, las organizaciones populares se siguen movilizando y un conjunto relevante de ellas, logran aglutinarse alrededor de la figura de Salvador Allende. Los gobiernos de esa década, presionados por las demandas ciudadanas, tiene un sesgo reformista que impulsan medidas como la chilenización del cobre[v].
Para 1970, la población de los sectores mayoritarios solicita avances concretos, y la Unidad Popular es su principal conglomerado político, donde participan socialdemócratas, comunistas y otros. Al interior de la Unidad Popular, Allende publicita la vía chilena al socialismo; a pesar de la oposición de grupos socialdemócratas logra imponer su candidatura con el decisivo apoyo del Partido Comunista. Una de las principales acciones del gobierno de Unidad Popular, que permanece hasta nuestros días, es la nacionalización del cobre. El núcleo de la Unidad Popular sabía que, si no intervenía en el sistema educativo para cambiarlo de uno excluyente a uno democrático, solo eran unos administradores de la crisis; por lo cual promovieron el proyecto de la Escuela Nacional Unificada (ENU), Este proyecto provocó una violenta reacción liderada ideológicamente y en las calles por la FEUC (Federación de Estudiantes de la Universidad Católica). Sin embargo, las movilizaciones reaccionarias eran superadas por las de la Unidad Popular, por lo cual, los Estados Unidos procedieron a preparar el siguiente paso, según lo planificado en el Proyecto FUBELT (Track II)[vi] operación secreta de la CIA destinada a debilitar al gobierno de Salvador Allende y promover un golpe militar, el cual ocurrió en septiembre de 1973.
La dictadura de Pinochet impuso una constitución, a la fecha vigente, y reprimió el movimiento popular cruentamente. Vendrían 17 años de oscuridad, y un aumento en la desigualdad.
Los últimos tiempos
Los noventa comenzaron en Chile con un reemplazo de la junta militar por una coalición de centro, lleno de personalidades de familias tradicionales; la concertación instaló una Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, conformada por elementos de centro y pertenecientes a la clase acomodada de Santiago de Chile, y a diferencia de CVR peruana, los comisionados chilenos NO cobraron. La coalición también promovió la Ley Indígena (Ley 19253 de 5 de octubre de 1993), que reconoce por primera vez a los pueblos originarios. Recién a partir de esa fecha, los mapuches y otros pueblos pudieron hablar en su lengua materna en la escuela. La concertación siguió colocando candidatos de familias tradicionales santiagueñas, como lo habían sido Frei y Lagos, y la socialdemócrata, dos veces presidente, Michele Bachelet. Estos gobiernos no modificaron la privatización del agua[vii] instituida por la constitución de 1980, sino que la profundizaron privatizando el saneamiento a partir de 1998.
En enero del 2013 sale una investigación que concluye que las cabezas de las familias: Luksic, Angelini, Matte, Paulmann y Piñera: Cada uno de ellos gana lo mismo que un millón de chilenos[viii] agregando que el 90% de la evasión tributaria en Chile es del 5% más rico de la población.
Bachelet al dejar la presidencia, fue nombrada Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, destacando por ser una abanderada de la agenda norteamericana, ninguna denuncia relevante sobre las violaciones a la legislación internacional y a los derechos humanos de los norteamericanos en Afganistán, Irak, o Colombia, o sobre Israel en Palestina, Siria y el Líbano, o la francesa en toda África subsahariana, pero si vehemente contra Venezuela y China.
El 2015, en un Informe de Riqueza Global hecha por The Boston Consulting Group, se dice que 45 familias chilenas tienen a su poder el 10% de todos los activos financieros de ese país.
En junio del 2017 el PNUD sacaba un interesante estudio que señalaba la gran desigualdad en Chile, donde se muestra que el apellido e incluso el aspecto físico es un buen predictor de la clase social a la que pertenece una persona en Chile (también podría aplicarse a Colombia), lo que muestra una sociedad con escasa movilidad social, donde prima la discriminación en el acceso a las oportunidades.
El 2019 el malestar latente hacia el sistema económico, ocasionado por las conductas de grandes empresas, las desigualdades en el acceso a la salud y educación, la evidente crisis del sistema de AFP, y los constantes hechos y escándalos de corrupción en el gobierno y en los partidos políticos, generó un conjunto de manifestaciones masivas en las principales ciudades del país, que fueron bastante masivas entre octubre de ese año y marzo del 2020. Las protestas amainaron con la convocatoria a un referéndum para una nueva constitución, donde los partidos de la derecha tradicional y la socialdemocracia firmaron un “Acuerdo por la paz social y la nueva constitución”, que no fue firmado por diversas organizaciones de izquierda; incluso el conglomerado de centro izquierda Convergencia Social, tampoco lo firmó; sin embargo, un diputado de ese partido, Gabriel Boric, ex presidente de la Federación de Estudiantes de la universidad de Chile. lo firmó a título personal.
Las expectativas populares se manifestaron con el resultado del plebiscito, que se analizó de manera detallada aquí: https://surhoy.org/2020/10/27/mitos-y-leyendas-sobre-los-resultados-del-plebiscito-en-chile/
A principios del 2021, se forma una coalición de movimientos sociales y partidos, con el apoyo abierto de la socialdemocracia alemana a través de su fundación F. Ebert. Incluso formaron un centro de propuestas denominado “Observatorio Constituyente Apruebo Dignidad”. En las elecciones generales una parte de la izquierda y conglomerados socialdemocratas como el anterior participan teniendo a Boric como candidato presidencial.
La curiosa presidencia de Boric
Durante su campaña Boric formó un núcleo conformado por una exmilitante comunista, Izkia Siches, el ex presidente de los estudiantes de la universidad católica de Chile Giorgio Jackson; y un analista social Sebastián Kraljevich, ligado a Estados Unidos, entre otros. Con ellos han repetido las mismas conductas al momento de colocar funcionarios, por ejemplo, Boric es el colocador de elementos procedentes de la Universidad de Chile, y Jackson de los procedentes de la Universidad Católica; la absoluta mayoría de los convocados no se diferencian en cuanto a extracción social a la de los anteriores gobiernos de cualquier signo. Sebastián Kraljevich, es nombrado embajador en la OEA, instrumento visible de la intromisión norteamericana en el resto del continente; y es asesor y expositor cotidiano en ONG como https://www.thedialogue.org/experts/sebastian-kraljevich/?lang=es, ONG financiada por USAID, Ford y Open Society. y que mantiene entre sus miembros a la propia Bachelet, al peruano D. García Sayán, o al expresidente boliviano Jorge Quiroga. Izkia Siches, fue nombrada ministra del Interior y Seguridad Pública y tuvo a su cargo dar el sustento para declarar terroristas a las organizaciones mapuche, además de decretó estado de excepción al sur de ese país. Y también tuvo de jefa de asesores del Palacio de Gobierno a la peruana Lucia Dammert, expositora en instancias del Comando Sur norteamericano, y promocionada como la «especialista en seguridad» por el grupo socialdemócrata peruano: Nuevo Perú.
La primera gran derrota de Boric y su grupo fue el rechazo a la propuesta constitucional que presentaron en septiembre del 2022, fracasó por ingenua y por su dirección especifica a temas identitarios en vez de priorizar las demandas que se solicitaban en las protestas del 2019, que se centraban, en el acceso a derechos económicos, sociales y culturales. Luego de dos consultas ciudadanas, donde la población rechazó las propuestas, a fines del 2023 Boric brindó un discurso en el que dio por cerrada la discusión de tener una nueva Constitución: «Durante nuestro mandato, se cierra el proceso constitucional. Las urgencias son otras«. Le falto decir que la movilización por la que llegó al gobierno tenía por objetivo primordial promover una nueva constitución.
En mayo del presente año, sistema judicial chileno condenó 23 años de prisión a Héctor Llaitul, el principal líder mapuche, cuya lucha es reivindicar sus tierras ancestrales.
Internacionalmente, Boric, se ha alineado completamente con Estados Unidos, sumándose con ímpetu de mejor causa, a las propuestas norteamericanas sobre Venezuela. Chile envió la fragata Condell de la Armada de Chile a las maniobras norteamericanas (Rimpac 2024) de su flota del pacífico, flota que sería el principal pivote norteamericano en una confrontación contra China. Esta gestión «defensora irrestricta de la democracia, y de los derechos de las mujeres y del colectivo LGTB» a la fecha no se ha pronunciado sobre la situación de los mismos en los paises árabes que Boric ha visitado y con los cuales ha firmado sendos convenios comerciales. La aprofobia y sentirse diferente a sus vecinos y hermanos no es caracteristica solo de las antiguas élites chilenas.
En Europa en junio del presente año, Gabriel Boric instó a levantar la voz contra la «invasión rusa de Ucrania», y acudió a toda reunión organizada por sus mentores, la fundación socialdemócrata F. Ebert, reincidiendo en su condena a Rusia.

Hoy en día, el socialdemócrata Boric y su grupo, sin mayoría parlamentaria, sin vínculo real con los movimientos populares y con una parte de su coalición objeto de escándalos de corrupción, Boric gobierna como un administrador más de la crisis.
El 2021 parecía que comenzaba el fin del legado autoritario y del liberalismo a causa de la fuerza del gran levantamiento social de octubre de 2019. Hoy, agosto del 2024, son los poderes tradicionales los que tienen mayor fuerza en un Chile dividido y excluyente.
Se repite la historia, cuando reformistas u oportunistas asumen la dirección de procesos sociales que demandan cambios estructurales, con las terribles consecuencias de aumentar la anomia política; posponiendo por generaciones los cambios necesarios. Haciendo vanas las muertes y sacrificios que propiciaron la posibilidad de un cambio real. Un verdadero crimen político que afecta a las mayorías de Chile. Por lo menos servirá de ejemplo para no confiar en sus émulos en el resto de la gran patria.
Qué diferencia con el gran Allende, y qué distancia separa al Chile de hoy de su frase: «Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor».
[i] Los partidos de las elites tradicionales emitieron el “Manifiesto de los Representantes del Congreso a bordo de la Escuadra”, desconociendo las facultades del poder ejecutivo y su presidente: Balmaceda. El 11 de febrero de 1891, el ejecutivo ordena la inmediata clausura del Congreso Nacional. Comienza así una guerra civil, que duraría seis meses y costaría la vida a más de 4000 chilenos, en una población de algo más de dos millones y medio de habitantes. Los congresistas contaron con el completo apoyo de la Marina, a cargo del Capitán de Navío Jorge Montt, también se le sumaron algunos oficiales del Ejército. Por su parte, el Ejército regular, el victorioso de la guerra, con sus cuatro divisiones de Coquimbo, Valparaíso, Santiago y Concepción, se mantuvo leal al presidente Balmaceda. Al vencer los del Congreso, Jorge Montt fue premiado con la presidencia y se confiscó propiedades y se quitó privilegios a la oficialidad del ejercito vencido.
[ii] Los treinta puntos básicos de la República Socialista de Chile:
- Asunción de la suma del Poder Público por el Consejo Ejecutivo y su Ministerio.
- Disolución del Congreso Nacional.
- Organización del control de subsistencias con requisa y demás medidas conducentes que sean necesarias para asegurar el abastecimiento de la población. Distribución de víveres, empleando, entre otros, los elementos del Ejército.
- Fuerte impuesto a todas las grandes fortunas, sin excepción para reunir una suma no inferior a 500 millones de pesos.
- Aumento del impuesto complementario sobre las rentas superiores a $36 000 anuales, y del impuesto adicional de chilenos en el extranjero.
- Expropiación de los depósitos en moneda extranjera y en oro, pagándolos en moneda corriente nacional.
- Inmediata destinación de los fundos fiscales, de los pertenecientes a los morosos en falencia ante las instituciones de Crédito, y de los improductivos por falta de explotación, a la colonización con cesantes, implantando la colonización colectiva con cesantes, bajo la dirección técnica del Estado. Empleo de los elementos del Ejército en la movilización e instalación de colonos.
- Expropiación de los terrenos tomados por el Estado a justa tasación y hasta la concurrencia del monto de la deuda hipotecaria respectiva.
- Suspensión de los lanzamientos de pequeños arrendatarios en mora y ocupación inmediata de las casas desocupadas. Empleo del Ejército en esta labor.
- Indulto de los marineros condenados por los sucesos de Coquimbo y Talcahuano, y demás procesados y condenados por delitos políticos, derogándose la Ley de Seguridad Interior del Estado.
- Apertura inmediata de las oficinas salitreras que elaboran con procedimiento Shanks y otros auxiliares de bajo costo de producción.
- Liquidación o reorganización inmediata de la Compañía de Salitres de Chile.
- Estanco del Oro por cuenta del Estado y explotación hasta obtener 30 kilos diarios.
- Establecimiento del Estanco del Yodo, luego del petróleo, fósforo, tabacos, alcohol y azúcar.
- Organización de la producción hasta obtener el dumping del salitre y yodo.
- Monopolio por el Estado del comercio exterior.
- Ampliación progresiva e incesante de la socialización del Crédito.
- Organización de la «Casa de Comercio del Estado», anexa a la Empresa de los Ferrocarriles del Estado, para la compra y venta de artículos de primera necesidad (frutos del país).
- Reorganización de los servicios diplomáticos y consular para adaptarlos a las necesidades del comercio exterior.
- Celebración de tratados indoamericanos.
- Revisión de los sueldos, pensiones y jubilaciones, reorganizando la planta de los empleos públicos y municipales, suprimiendo las reparticiones y puestos inútiles. Fijación de $36 000 al año como sueldo máximo, para los servicios fiscales, semifiscales y municipales.
- Reorganización, selección y reducción de las fuerzas armadas.
- Mejoramiento y extensión de la Educación Primaria.
- Reconocimiento del Gobierno Soviético y revisión de los contratos con Compañías extranjeras que importen monopolios.
- Prohibición de importar productos suntuarios (sedas, autos, perfumes) y demás que puedan ser reemplazados por manufacturas nacionales.
- Supresión del impuesto al ganado argentino, trigo y materias primas para las industrias nacionales de productos alimenticios.
- Estudio de la organización de una Asamblea Constituyente a base funcional, que dictará la nueva Carta Fundamental del Estado.
- Creación del Ministerio de Salud Pública estableciendo la unidad de acción en los servicios sanitarios del país.
- Reorganización de la Administración de Justicia.
- Tribunal de Sanción Nacional
[iii] Las propuestas de esta misión norteamericana incluían:
- Reducir el déficit fiscal y limitar el crédito bancario al sector privado (para reducir la inflación);
- Congelamiento de los salarios (terrible en un contexto de inflación) y la eliminación los reajustes automáticos de sueldos, además de decretar la libertad de negociación de remuneraciones.
- Eliminar el sistema que fijaba múltiples tipos de cambio;
- Aumentar las importaciones y diversificar las exportaciones;
- Atraer capitales extranjeros;
- Eliminar los controles de precios;
- Reformar el sistema tributario.
- Reformar el sistema previsión y disminución de costos de administración a través de la fusión de entidades y el consecuente despido de personal.
[iv] Además, la policía asaltó diversos medios de comunicación de oposición entre ellos la Editorial Horizonte.
[v] Ley 16425 publicada el 25 de enero de 1966, que establecía un mínimo de participación estatal del 25 %.
[vi] https://www.forgingmemory.org/timeline-slide/cia-operation-fubelt-undermine-allende
[vii] Hoy día Chile paga las tarifas más altas de América Latina para consumir agua potable, que es de propiedad de trasnacionales. El grupo Suez, Aguas de Barcelona, Marubeni y la administradora de fondos de pensiones de los profesores de Ontario (Canadá) controlan el 90% del suministro de agua potable.
[viii] https://www.ciperchile.cl/2012/01/23/%E2%80%9Cluksic-angelini-matte-paullman-y-pinera-cada-uno-de-ellos-gana-lo-mismo-que-un-millon-de-chilenos%E2%80%9D/






Una respuesta a “Crónica del fracaso de la socialdemocracia en Chile”