Oleo del poeta hecha por Imaculada Cuesta
“Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde”
Miguel Hernández Gilabert, nació en una familia austera, abandona la escuela para ponerse a trabajar de pastor; aún así no deja de leer, en especial la poesía clásica española; en esos años ya traducía versos del latín y el francés. La guerra civil española lo toma cuando era redactor de diversas revistas culturales, y toma parte muy activa ella. Es detenido y condenado a pena de muerte, la causa: Republicano y comunista. Muere en la prisión de Alicante el 28 de marzo de 1942.
Se enfrentó a los que hoy se podían denominar “izquierda caviar”, Miguel Hernández creía en el comunismo, en un sistema de igualdad sin clases sociales, no concibe que “la intelectualidad” milite en la izquierda pero se acomode y luche por la República sin asumir ningún riesgo. Miguel Hernández defendió la República desde la primera línea de frente.
Miguel declamando en la vía pública
Aquí una sumilla de sus poemas:
Vientos del pueblo me llevan
Si me muero, que me muera con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batallas.
https://youtu.be/YW-XQVP5mO4
Canción última
Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.
Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.
Florecerán los besos
sobre las almohadas.
y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.
El odio se amortigua
detrás de la ventana.
Será la garra suave.
Dejadme la esperanza.
Miguel en pleno frente contra los monárquicos y las tropas de Franco
“Aquí estoy para vivir mientras el alma me suene, y aquí estoy para morir, cuando la hora me llegue, en los veneros del pueblo desde ahora y desde siempre. Varios tragos es la vida y un solo trago es la muerte”
Carnet de la milicia del Partido Comunista español
“Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento”
Miguel Hernandez y Pablo Neruda entre otros poetas
“Sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen”