La caída
La British East India Company (BEIC), fue una compañía privada inglesa con privilegios especiales, entre ellos, el apoyo de la armada británica; y en 1757 se hizo con el control efectivo de la India; esto le permitió el dominio sobre la producción de opio. El opio comenzó a intercambiarse en China a cambio de té, la venta de la droga financiaba las actividades de la empresa. En 1822, el opio representaba el 11% de los ingresos de la BEIC. La droga se había convertido en la herramienta imprescindible de un sistema de intercambio global, que financiaba a la BEIC, proveía a las fábricas inglesas de algodón barato y equilibraba el comercio del té.
Los ingleses intentan intervenir en el control del mercado chino (la perdida de los Estados Unidos afectó sus finanzas), ante el rechazo del Imperio Celeste, recurrieron al tráfico de la droga, la cual se procesaba en factorías de la BEIC. Esta mercancía se desembarcaba en Cantón y de ahí, comerciantes chinos la distribuían al resto del imperio. El contrabando y el consumo se incrementaron con rapidez. Ante dicha pandemia importada, se nombró al magistrado Lin Hse Tsu comisario imperial con el encargo de erradicar el tráfico de opio en la provincia de Guangdong, que incluida al puerto Cantón. Lin se impuso a los traficantes británicos, y destruyó más de 20.000 cajas de opio. En reacción, el imperio británico preparó una expedición y bloqueó puertos chinos y desembarcó tropas, que entraron en Nanking en 1842, obligando un primer tratado donde se cedía la soberanía de Hong Kong al Reino Unido (la cual duraría hasta 1997) además de pagar una cuantiosa compensación por la droga destruida por el comisario Lin.

Años después, los británicos, al ver la debilidad del régimen feudal chino, propusieron renegociar el Tratado de Nanking; donde exigían la apertura de todo el territorio chino al comercio exterior, y en especial, la legalización del comercio de la droga. Ante la negativa china, los británicos hicieron una alianza con Francia y obtuvieron el apoyo financiero de los Estados Unidos y la Rusia zarista. En1860 vencieron a los locales, el emperador huyó de Pekín (Hoy Beijing) y la tropa británico-francesa saqueó los palacios de verano donde se resguardaban importantes reliquias del milenario imperio chino. El tratado resultante fue peor que el anterior, y esta vez China tuvo que pagar millones de taeles[i] de plata a los aliados, abrir nuevos puertos al comercio, permitir el tráfico de personas como mano de obra a América (Estados Unidos y Perú principalmente) y legalizar el comercio de la droga.
Posteriormente, el imperio japonés, se aprovechó de la debilidad del imperio celeste e intervino militarmente, primero anexionándose de facto Corea, y luego varios territorios ancestralmente chinos como la isla de Taiwán entre otros; además de solicitar una cuantiosa reparación de guerra, financiada por capital francés y ruso.
Los ciudadanos de las potencias occidentales y del Japón gozaron de extraterritorialidad en China hasta finales de la segunda guerra mundial, como hoy gozan los militares norteamericanos en Colombia; los ciudadanos occidentales en China no podían ser juzgados por delitos en China, lo que provocó innumerables abusos, estafas y crímenes, todos impunes.
Inicio de la recuperación
En medio de tales atropellos y la anomia del viejo e excluyente régimen, diversos intelectuales y trabajadores se reúnen y realizan el Congreso Fundacional del Partido Comunista Chino (PCCH) entre el 23 y el 31 de julio de 1921. Y en 1927, surge su aparato de defensa, el Ejército Popular de Liberación (EPL).
Los japoneses se apropiaron de Manchuria en 1931 y atacaron al resto de la China en 1937. El 13 de diciembre de 1937 entran en la Nankíng, capital de la República de China en esos años, y comienzan una masacre de civiles y prisioneros que duraría hasta inicios de febrero de 1938. Medio millón de chinos, entre mujeres embarazadas, niños y ancianos fueron vejados y ejecutados, incluyendo concursos de decapitaciones con golpe de espada japonesa o katana. El EPL luchó contra los invasores y logró mantener extensas áreas liberadas.
Después de la derrota japonesa por los soviéticos en Manchuria y la posterior rendición del Japón, los grupos conservadores apoyados por las potencias occidentales, en especial Estados Unidos, trataron de reducir a los comunistas; y se reanudó la guerra civil, donde los Estados Unidos facilitaron importante financiamiento, material de guerra y asesores militares para detener el avance del EPL. Sin embargo, con el fuerte apoyo obrero y campesino, el PCCh alcanzó la victoria total el 1 de octubre de 1949, fecha donde Mao Tse-tung pronuncia la proclamación de la República Popular China.
Los conservadores huyen a la isla de Taiwán, transportados y protegidos por la marina norteamericana; se llevan consigo muchas reliquias y tesoros nacionales y gran parte de las reservas (oro y divisas) de China. En Taiwán se instala entonces el “terror blanco” o la ley marcial, que continuó vigente hasta 1987; donde se reprimía toda oposición política, 140 000 personas fueron encarceladas o ejecutadas, por considerarse pro-comunistas o por manifestar su interés en el regreso de ese territorio a su patria. Para legalizar su intervención, Estados Unidos firmó en diciembre de 1954 el llamado «acuerdo de defensa conjunta» con las autoridades de Taiwán, dejando bajo su «protección» a la provincia china de Taiwán.
Hoy
Bajo la conducción del PCCH, la China multiétnica se convirtió de un país feudal, subyugado e intervenido por cuanta potencia imperialista existía, en la primera economía del mundo. Es importante lo que el actual Secretario general del Comité Central del Partido Comunista de China y Presidente de la Comisión Militar Central, Xi Jinping, dijo hoy en un acto con los diversos líderes de partidos políticos del planeta, en conmemoración del centenario de la fundación del PCCH: La China promueve un escenario mundial multipolar, sin la hegemonía de cualquier potencia; y también promueve el desarrollo y autogestión de los pueblos; donde de cada estado debe elegir su propio destino sin criterios impuestos por foráneos. Y en una alocución anterior había ya señalado con firmeza: “Sólo el socialismo puede salvar a China, y sólo el socialismo con características chinas puede desarrollar a China», «Nunca permitiremos que alguien intimide, oprima o subyugue (nuevamente) a China». «Cualquiera que se atreva a intentarlo se encontrará con su cabeza sangrientamente golpeada contra la Gran Muralla de acero forjada por más de 1.400 millones de chinos«.
Los próximos años veremos cómo se construye un mundo con un actor tan relevante. Esperemos que la decadencia de la hegemonía norteamericana sea pacífica.

[i] Un tael ( 兩) es una unidad de peso que equivale a unos 40 gramos.