Al grito de «¿POR QUÉ DEFIENDO A LEOPOLDO LOPEZ? PORQUE SOY DE IZQUIERDA» la primera dama de Tierra y Libertad; manifiesta su apoyo a un revoltoso venezolano aupado con fondos norteamericanos, al igual que su gestión en la CNDDHH. Ahí coincide plenamente con su pareja, el señor Arana, cuando éste señala que el gobierno de Venezuela es un «régimen autoritario»; con una “coherencia” que llama la atención, dado que no se les ha visto UNA marcha o comunicado en favor del preso político puertorriqueño Oscar López Rivera, con más de 34 años tras las rejas en EEUU.
Fuera de esta pareja, entre los “SOY DE IZQUIERDA” están congresistas, entre ellas la señorita Mendoza, que reiteradamente votó a favor del ingreso de tropas norteamericanas y piensa que eso no es tan relevante para definir su posición; como su relación con la señora de Cosito.
La juventud que acompaña a esta gente “SOY DE IZQUIERDA” es un conjunto de gente bien intencionada, con esperanzas de un futuro más inclusivo y más equitativo; y prestan su tiempo y recursos en pos de algo que creen que no los va a desilusionar; en este afán de buscar un inca o una santa, olvidan ver el bosque y donde estamos. Olvidan que el Perú es una república dependiente y profundamente intervenida por la potencia de turno. La cual tiene presencia y define políticas desde la Procuraduría Anti Corrupción a lo que es comercio internacional, pasando por los programas de salud, o descentralización o gestión de desastres. Y que una de las causas de cómo estamos y cómo está el Estado peruano es por ello.
Ignoran que estos “SOY DE IZQUIERDA” tienen un largo recorrido de fracasos y segundos planos; qué son si no la mayoría de los miembro de las directivas de los grupos más notorios al interior del Frente Amplio y del Partido Socialista y Fuerza Social al interior del grupo UNETE; donde muchos recién salieron a la luz en el 2000 (antes no eran tan “DE IZQUIERDA”).
Los jóvenes de ambos grupos nos comentan que ahora, estos “SOY DE IZQUIERDA” ya casi se han autodefinido congresistas, y que la pelea interna se define en la realidad por ahí.
En el grupo del Frente Amplio, los “curuleables” son:
Los congresistas actuales; la pareja del ex sacerdote; el asesor de la señorita (“experto en minería”); la hija de una directiva de ONG; el fallido delfín del PS (JDC lo reemplazó rápidamente por otro economista más diestro en las finanzas y negocios); el antiguo funcionario de ONGs, miembro de VR, PUM, luego otros, luego, PS, luego TyL; un abogado, que funge de periodista de un gremio de preocupados por la Salud; los candidatos de grupos menores; y para completar cuotas, algún miembro de la comunidad LGTB.
En el grupo de UNETE, es curioso los disfuerzos que hace una chiquilla del PS que dice “que no tengo la culpa que mis padres tengan dinero”; y la señora Mocha “consecuencia” ex embajadora en Uruguay de este “digno gobierno”, ex PS y ahora en Ciudadanos por el Cambio (No por nada se hizo invitar por su pata del PS y se fue a la reunión del Foro de Sao Paulo hace una semanas en México DF); y también una miembro de la comunidad LGTB, muy experta en desalojar a personas de los sectores más humildes.
Este muy homogéneo grupo de aspirantes a congresistas, son unos buenos para… SOCIALDEMOCRATAS. Con algunas diferencias con García: él tiene experiencia de gestión, y ya tiene el suficiente dinero (mal habido o no) para dedicarse a pasar a la historia con un mejor perfil que el actual. ¿Pero señor, cómo se le ocurre comparar a mi candidato con el señor García? ¿Acaso mi candidata es una ladrona, tan bella y sencilla que es? ¿Acaso mi líder es un violador de DDHH? Y la simple respuesta seria: Perfiles más bonitos he visto antes que tengan una pisca de poder.
Algunas cuestiones surgen para ese grupo tan homogéneo, como su opinión sobre #Venezuela: ¿Alguno de ellos votará en contra del ingreso de tropas norteamericanas? ¿Alguno de ellos será solidario y por lo menos protestará contra el ataque a gobiernos de Evo, Correa, Maduro o Cuba? ¿Alguno de ellos ha manifestado una política real de inclusión con su ejemplo personal, o laboral, fuera de tomarse fotos con campesinos, informales u obreros hoy en día? ¿Algunos de ellos han deslindado de sus alianzas casi carnales con la señora de Cosito o con las ONGs que cumplen con lo que las financieras occidentales mandan? ¿Estos promoverán cambios estructurales en favor de las grandes mayorías? Los jóvenes y no tan jóvenes que los apoyan y trabajan gratis e ilusionados para ellos, lo comprobaran, espero que más temprano que tarde, ya que la desilusión vuelve cínica a la gente, destruye los nexos de solidaridad, y retrasa la construcción de una sociedad más justa y digna.