
Los conflictos violentos surgen cuando un individuo o grupo de ellos, trata de imponer sus esquemas e intereses a la fuerza sobre otros. Esta situación de enfrentamiento continuará, a pesar que uno de ellos sea el vencedor; salvo, claro está, que se elimine, para siempre la posibilidad de respuesta del vencido. Al margen de consideraciones morales, es inteligente que el vencedor y vencido lleguen a una verdadera reconciliación, esto significa reconocer errores y establecer acuerdos de beneficio mutuo. No hacer lo anterior, significa hacer escarnio del vencido, lo que generará tarde o temprano una respuesta proporcional a la percepción de la afrenta.
Las élites francesas y alemanas mandaron a sus pueblos a masacrarse por siglos, y hoy mantienen una alianza que es el núcleo de la Unión Europea, que, a pesar de sus debilidades, funciona. Hace un siglo, esas élites francesas y sus aliados pusieron condiciones tan draconianas a los alemanes, que Ferdinand Foch, comandante en jefe de los ejércitos aliados, dijo en 1919 que la paz de Versalles no era el fin de la guerra sino una mera tregua, previendo lo que vendría dos décadas después.
Los estados latinoamericanos, dominados por criollos, en muchos casos euro centristas, tratan de imponer sus formas de gestión, ideologías y dogmas a los diversos pueblos que habitan la gran patria. El accionar de las fuerzas armadas de varios de estos estados en contra de los habitantes de esas repúblicas ha provocado heridas que todavía no están cerradas y que deslegitiman esas instituciones, convirtiéndolas en meros instrumentos de las clases dominantes. Los pueblos amazónicos, andinos y mesoamericanos son testigos actuales de esas prácticas.

de 1878 – Argentina, donde dice: «El reparto
de los salvajes se realizará gratuitamente en el Hotel de
Inmigrantes, los días 5 y 6 de octubre de 8 de la mañana a
6 de la tarde.”
Los procesos de reconciliación no solo son necesarios, sino imprescindibles para que la sociedad avance, para lograr consensos y resolver problemas estructurales. Para una adecuada reconciliación es básico un estudio objetivo de la historia; los sesgos promovidos por los intereses particulares de los “analistas” o de quienes los financian son contraproducentes y el resultado social concreto es justamente lo opuesto a lo que se quería hacer. Es decir, la sociedad seguirá con diversos conflictos latentes y posiciones intolerantes de uno y otro lado. Tal es el caso del Perú, con una CVR (Comisión de la verdad y reconciliación) con crasos errores y peores resultados. Pronto SUR editará un libro sobre este caso particular con especialistas en el tema.
En otro escenario, ya con impacto global, es el del Japón y China, donde la derecha japonesa, niega de manera reiterada los hechos realizados por el ejército imperial en contra de ciudadanos chinos. Incluso en el año 2007 una comisión parlamentaria sobre la “masacre de Nankin»; que implicó a un centenar de diputados del partido del gobierno, concluyó que ese hecho y otros no tuvieron lugar. Es decir, la competencia de cortar cabezas entre los capitanes Toshiaki Mukai (向 井 敏明) y Tsuyoshi Noda (野 田 毅), para ser el primero en matar por decapitación a 100 personas con una katana, registrada por los periódicos japoneses Osaka Mainichi Shimbun y Tokyo Nichi Nichi Shimbun era solo “una broma macabra”.

La ocupación de Corea, Filipinas y China, el uso forzado de decenas de miles de mujeres en los burdeles del ejército, los experimentos con sujetos vivos, o la cifra oficial china de víctimas de 35 millones también serían una exageración. Sin embargo, las visitas cotidianas de los funcionarios de la derecha japonesa al santuario sintoísta de Yasukuni de Tokio, donde se veneran a las almas de los criminales de guerra ya generan la indignación de los chinos a nivel mundial; dado que esas atrocidades fueron cometidas por el mismo Estado y la misma dinastía que permite el revisionismo y la negación. Cosa distinta del alemán, donde es otro estado y los nazis han sido marginados.
Tanto a nivel de sociedades como personal, una adecuada (sincera y objetiva) reconciliación es necesaria para avanzar, si no es solo posponer la resolución del conflicto, y si eso se agrava con actitudes soberbias o displicentes, no se puede esperar otra cosa que erupciones violentas, que podrían destruir todo lo logrado.