
La esclavitud
Es una antigua institución que se mantiene todavía vigente en diversas partes del mundo. Es la situación por la cual un ser humano accede a mínimos derechos o no accede a alguno, carece de facto de libertad, y donde hay otra persona que dispone a su parecer, del trabajo e incluso la vida del esclavizado. Múltiples sociedades en el pasado fueron esclavistas y basaron en ella, su producción y su crecimiento.
En las sociedades griegas y romana la esclavitud era legal, para Aristóteles, pontífice de la lógica occidental, la esclavitud era la condición sine qua non para que los hombres libres pudieran dedicarse a la política.
En el mundo musulmán, a partir del siglo VII, el comercio de esclavos se concentraba en los mercados de la parte oriental del mediterráneo, y también en los del golfo pérsico y mar rojo. Cualquier infeliz que cayera en manos de los mercaderes se vendía como esclavo al margen de su etnia o religión. Una gran parte de los esclavos procedía de las regiones habitadas por pueblos eslavos (de donde deriva la palabra esclavo). Los esclavos en el mundo islámico prestaban toda clase de servicios e incluso eran educados para ser administradores de confianza. Muchos eran miembros de cuerpos de élite de los ejércitos de los califatos, como los mamelucos, que actuaron en medio oriente hasta mediados del siglo XIX. Los árabes extendieron su comercio al África y a partir del siglo XVIII el comercio se centró en la “mercadería” que provenía del sur del Sahara. Si bien la trata internacional fue abolida años antes del siglo XX, subsiste en diversos países del golfo y en Arabia Saudita, donde mujeres y niños provenientes de cualquier parte son vendidos para su uso sexual.
Un nivel de esclavitud que a veces se confunde como la única, es la “esclavitud en propiedad” la cual es una relación de servidumbre específica donde el sujeto/objeto es tratado como propiedad del dueño. Como tal, el propietario es libre de vender, comerciar, o tratar al “objeto” como lo haría con cualquier otro de sus bienes, incluyendo las “crías”.
La esclavitud en el África
Al interior del África la esclavitud existía y todavía persiste. Sin embargo, era una servidumbre temporal, donde el sujeto no es propiedad de otros hombres, ni puede mantenerse en esa condición durante toda su vida; podían recibir retribuciones en especie o monetarias y podían acceder al derecho de propiedad (tierras, herramientas o animales); y era factible pagar para salir de esa condición.
Con la intervención árabe y europea, muchas comunidades africanas sirvieron como intermediarios de la trata humana; se llevaban a cabo así campañas o guerras para capturar personas y venderlas a los comerciantes foráneos en los puertos del índico y el atlántico. Los africanos se prestaron a este comercio, sin los cuales, europeos y musulmanes no podrían haber realizado dicha actividad. Los ibéricos, súbditos de las coronas de Portugal, Castilla y Aragón fueron los primeros en utilizar esclavos africanos tanto para sus plantaciones en la propia África como en las Antillas. Si bien los comerciantes de la fenecida República de los Siete Países Bajos Unidos fueron los primeros que llevaron esclavos africanos a las colonias británicas en América, pronto fue la “Company of Royal Adventurers Trading to Africa”, luego “Royal African Company”, la compañía con patente de la corona británica[i] que mantuvo el monopolio hasta mediados del siglo XVII. Innumerables familias «nobles» inglesas se beneficiaron del comercio de esclavos, como John Angerstein, fundador de El Lloyd’s o “Lloyd’s of London”, el mercado de seguros británico, o Ambrose Crowley el propietario del principal, en ese entonces, conglomerado industrial de hierro de Europa, o la familia Pett; quienes financiaron o proporcionaron infraestructura, fundieron cadenas y grilletes o construyeron navíos ex profeso respectivamente.

El negocio de esclavos propició un comercio de forma triangular, los barcos transportaban humanos a América, regresaban a Europa con materias primas como ron, tabaco, melaza y azúcar, y llevaban a África principalmente armas, manufacturas de hierro, y mercancías para intercambiar con los proveedores de esclavos. Todo ello contribuyó a desarrollar la fuerza naval británica y la industria de ese país[ii]. La Reina Isabel, años antes había patrocinado al “pionero” de este comercio, un pirata de incierto origen: John Hawkins, prestándole su propio barco de 700 toneladas, “Jesus von Lübeck”. Hawkins se benefició tanto de la venta de esclavos que incluyó a un africano atado con un collar y aretes en la cresta de su escudo de armas.

En el Brasil, los esclavos africanos venían a sustituir a los siervos de pueblos originarios capturados por los Bandeirantes, y en una relación netamente mercantilista, la corona portuguesa lucraba, dado que recibía los impuestos de los traficantes, y los pagos por permisos y demás prebendas. Hasta mediados del siglo XIX la economía del Imperio del Brasil estaba exclusivamente movida por el trabajo esclavo. La esclavitud fue oficialmente abolida formalmente por la Ley Áurea en 1888, sin embargo, persiste en el Brasil actual, donde trabajadores inmigrantes están sujetos a condiciones de esclavitud en centros fabriles o haciendas a lo largo del territorio.
En las colonias hispanas, la población originaria fue sometida a la servidumbre, salvo en la zona central andina o mexicana, donde las élites se mezclaron con los conquistadores. Las haciendas hasta casi fines del siglo XX se vendían con “indios” y todo. Las flamantes repúblicas que sustituyeron al imperio español, el proceso de manumisión de los que se registraban como esclavos, se realizó a lo largo del siglo XIX, y dada la falta de registros y la corrupción inherente, varios supuestos “propietarios” se enriquecieron, al recepcionar ingentes de fondos públicos en resarcimiento por haber dado libertad a sus siervos perpetuos, en cantidades que solo existían en la palabra del “benefactor”.
Esclavos irlandeses
Si bien, se tenia por costumbre vender a los prisioneros de guerra, las evidencias históricas nos ubican en el año 1641, cuando la Confederación Católica Irlandesa se rebeló y asumió el control de facto de su territorio; el parlamento inglés aumentó los impuestos, y emitió el “Acta de los Aventureros” para recaudar fondos para luchar contra la rebelión irlandesa. El acta invitaba a invertir 200 libras esterlinas por las cuales recibirían a cambio 1.000 acres (4km²) de tierras confiscadas a los rebeldes. Oliver Cromwell dirigió la represión e impuso unas condiciones extremadamente duras a la población: Todo el que estuvo implicado en la rebelión fue ejecutado. Se confiscaron las tierras de todos los que colaboraron con los confederados y miles de irlandeses fueron transportados al Caribe y vendidos como esclavos. El flujo siguió incrementándose dado que los soldados “Parlamentarios” que habían servido en la isla, tenían derecho a una asignación de tierras confiscadas en lugar de los salarios que el gobierno inglés no podía pagarles por completo. Como resultado, miles de veteranos se asentaron en la isla, desplazando a familias completas.

En la segunda mitad del siglo XVII, gran parte de los esclavos vendidos a Antigua y Montserrat eran de origen irlandés. En ese momento, el 70% de la población total de Montserrat eran esclavos irlandeses. Los británicos no permitieron a los varones llevar con ellos a sus familiares, por lo cual también mujeres y niños fueron subastados. En 1650, miles de irlandeses (en su mayoría mujeres y niños) fueron vendidos a Barbados y Virginia. En 1656, Cromwell ordenó que dos mil niños irlandeses fueran llevados y puestos a la venta en Jamaica.
El costo en esos años de un esclavo africano (promedio 50 libras esterlinas), cuyo tráfico recién empezaba, era mucho mayor al de un irlandés (5 libras esterlinas). Además, el africano no venía «contaminado» de teología católica. La «cría» de mujeres y niñas irlandesas y su mezcla con varones africanos para producir esclavos con una tez más clara, producía “mulatos” que tenían un precio más alto que el “ganado” irlandés. Ante ésta práctica, que interfería con los intereses de la “Royal African Company”, se aprobó una ley que “prohíbe la práctica de apareamiento de esclavas irlandesas con esclavos africanos con el fin de producir esclavos para la venta”.

Se continuó embarcando esclavos irlandeses, después de la rebelión irlandesa de 1798, miles fueron vendidos tanto en América como en Australia.

Algunos negacionistas[iii] confunden el contrato de servidumbre que firmaban inmigrantes irlandeses para pagar el transporte y la manutención del viaje a América, con el trato de esclavos de facto. Las diferencias semánticas solo sirven para justificar la ignominia.
Los pueblos originarios americanos
Es larga la historia de servidumbre que tuvieron los pueblos originarios y de esclavitud de algunos otros, que merece otro artículo, sin embargo, la primera mitad del siglo XX, en la amazonia múltiples comunidades fueron esclavizadas por los caucheros, que provocaron que varias comunidades se aíslen voluntariamente.

Hoy en día
Hoy en día hasta OIT considera dos formas actuales de sometimiento: el trabajo forzoso y los matrimonios forzados. Ningún rincón del mundo está exento de situaciones de esclavitud. Millones de personas son víctimas del trabajo impuesto por personas o entidades públicas y privadas, un gran segmento sufre explotación sexual, y más de 15 millones de mujeres se ven obligadas a casarse contra su voluntad.
Inmigrantes latinoamericanos en la región o en Estados Unidos o Europa caen en las redes de trata de personas, principalmente por su vulnerabilidad económica y falta de organización. Sin embargo, toda persona al margen de su condición social o económica puede ser victima de la trata y terminar esclavizado.

Es un error garrafal decir que determinado pueblo o sujeto tiene sangre de esclavos, la esclavitud no se restringió a un solo pueblo o etnia y, es más, no hubiera habido esclavos si los propios miembros de esas comunidades o comunidades aledañas no se hubieran prestado a ser socios en esa explotación.
La historia está llena de felipillos, cipayos y malinches, que contribuyeron y contribuyen con su accionar a la sumisión de sus propios pueblos.
Por ello todo proceso libertario supone separar adecuadamente el heno de la paja, las alianzas con “negros de la casa hacienda” solo provocará el aborto de cualquier intento real de romper todo tipo de cadenas.

[i] Su objetivo primordial era el transporte y comercio de esclavos secuestrados en África hacia las colonias inglesas a partir de 1660.
[ii] El historiador FW Hackwood sostiene que el comercio de esclavos de África Occidental fue el principal defensor de la industria de las armas en Wednesbury y Darlaston, y de los armeros en Midlands.
[iii] Limerick Liam Hogan, historiador irlandés que se centra en definiciones “legales” por ejemplo.